EXPEDICIÓN DE BACKPACKING A CABO FROWARD

Un traslado de aproximadamente una hora nos lleva hasta Punta Árbol, donde termina el camino y comienza lo desconocido. Así comienza nuestra travesía a pie hasta Cabo Froward, el punto más austral del continente.

Avanzamos por una costa rocosa e irregular, siguiendo el borde del Estrecho de Magallanes entre bosques densos, turberas y playas golpeadas por el viento. Nos sumergimos en un ecosistema primitivo, donde conviven especies como el coigüe de Magallanes, el canelo, la chaura y el calafate.

En el camino atravesaremos sitios cargados de historia: el solitario Faro San Isidro y Bahía del Águila, donde aún descansan los restos de una antigua factoría ballenera. 

Al llegar al Río Yumbel, levantamos nuestro primer campamento. La jornada termina con una cena bajo el cielo austral. 

Despertaremos con el frío aire patagónico y comenzaremos nuestra travesía por bahías protegidas y un bosque mixto, una combinación de brotes jóvenes y vestigios ancestrales.

En el camino, los únicos sonidos serán el susurro de las hojas o el canto de las aves rompiendo el silencio.

Llegaremos al río San Nicolás y levantaremos nuestro campamento. Una comida caliente y un merecido descanso después de otro día de aventuras

Hoy comienza el desafío: 3 km de turberas. Si miras con atención, podrás ver raíces del ciprés de las Guaitecas y pequeñas plantas carnívoras que prosperan en este hábitat extremo.

A lo largo del Estrecho, nos acompañarán aves marinas, lobos marinos, peces y moluscos.

Terminaremos el día en el río Nodales con una última prueba: un cruce de río que llega hasta la cintura. Al otro lado nos espera nuestro campamento, junto a una comida caliente y un merecido descanso.

Hoy nos adentraremos profundamente en lo salvaje. Cada kilómetro nos acerca más al fin del continente. El terreno cambia a medida que avanzamos: playas de arena gruesa, bosques con imponentes cipreses y retorcidos canelos, tramos de barro profundo, troncos caídos y rocas resbaladizas.

Atravesaremos zonas abiertas donde los fuertes vientos golpean la tierra y aparece una vegetación baja y resistente. En el sendero pasaremos por la “Piedra de la Momia”, una espectacular aguja rocosa que emerge entre la niebla y el viento como un centinela del fin del mundo.

Terminaremos el día en nuestro campamento base bajo la icónica “Cruz de los Mares”, un monumento que marca el punto más austral de Sudamérica. Aquí, el horizonte se convierte en mar, viento y cielo.

Este será nuestro último campamento salvaje, conscientes de que estamos en un lugar al que muy pocos han llegado.

Comenzaremos temprano para realizar el esperado ascenso a la Cruz de los Mares: un hito simbólico que marca el fin de los Andes y el extremo más austral de Sudamérica continental.

Aunque corto, el ascenso es exigente: barro profundo, turba mojada, escaleras metálicas resbaladizas y fuertes ráfagas de viento lo convierten en un verdadero desafío. Pero la vista vale cada paso.

Desde la cima, el paisaje se despliega como un mapa: el Estrecho de Magallanes, la isla Dawson, Capitán Aracena e incluso el majestuoso Monte Sarmiento en el horizonte.

Tras el descenso, concluiremos nuestra travesía con una navegación escénica desde nuestro campamento hasta Punta Carreras. Ver el Cabo Froward desde el mar ofrece una perspectiva completamente distinta. Si el clima lo permite, podremos avistar lobos marinos, petreles o albatros.

De regreso en tierra, nos espera una recompensa bien merecida: deliciosas empanadas de centolla (un clásico de la cocina patagónica) antes del último traslado hacia tu alojamiento en Punta Arenas.

Nos despedimos de este viaje al fin del mundo, llevando a casa nuevas amistades y recuerdos inolvidables.